
El principio yo y mi forma de ser, distinta, especial, ni buena, ni mala, pero no les gusté no era lo que se esperaba, era la primera y fuí rebelde, eso acarreó muchos problemas, mucho dolor, muchas lágrimas. Cuando me marcharon, me fuí y ahí terminó esa etapa de convivencia, me olvidé de ellos, no tenían cabida en mi vida, no los eché de menos porque nunca los tuve. De mi tampoco se acordaron mucho, pero no importó. Un día me dí cuenta que tenía que zanjar esa etapa de mi vida dejada abierta y sangrante porque así no se podía seguir viviendo y perdoné, perdoné lo imperdonable, la falta de cariño, el desamor, la indiferencia.
He retomado la relación poco a poco, ahora vivo casí con ellos y son extraños, me cuesta tener sentimientos hacia ellos y no intento forzarlo, me cuesta lo que no me cuesta con los extraños, escucharlos, ponerme en su piel, escuchar confidencias me resulta incómodo y menos algún tipo de contacto físico.
Las cosas han cambiado pero yo no soy cápaz de sentir amor de hija. Cuando las cosas mueren no resucitan y ese amor, si lo hubo alguna vez, murió, lo mataron...
Aunque les atienda, les sea útil, y no quiera que sufran, no puedo quererlos.
Se que es muy duro lo que digo, pero es lo que siento, ni siquiera sé porque lo escribo aquí, por necesidad de exteriorizar y no haber encontrado a la persona adecuada para hacerlo, por ser ahora un momento especial y habérmelo estado cuestionando en las últimas semanas.
Me queda la pena de no haber conocido por su parte ese amor tan grande como el que yo siento por mis hijos.
7 comentarios:
....algo de eso sé , Lola.
Por ser la menor, la rebelde, la "oveja negra de la flia", tuve una infancia y una adolescencia terrible.
Fue mi madre quien me hizo ser rebelde para defenderme de sus palizas.
Tanto sufrí ,que con sólo 7 años juré que el día que tuviera un hijo jamás le pegaría. Y lo cumplí!!!
No puedo decir que no la quiera..., pero no es la madre que hubiera querido tener.
Entiendo tus ganas de decirlo..., y lo bien que hiciste ;)
Un besote gigante!!!!
Aveces la sangre nos limita tanto, esta bueno que puedas tener claro lo que sentis, y ademas decirlo. Saludos
A todos, poco o mucho, de una u otra forma, nos duele una parte de nuestro pasado. Y cuando se trata de la infancia o la adolescencia, especialmente.
Y lo que está más claro aún, es que la familia, no se puede escoger querida... y nos tenemos que aguantar con lo que nos cae... Y así nos va, claro. Pero tú eres afortunada si te entiendes con tus hijos.
Al igual que tú y que much@s, sin entrar en detalles, te entiendo muy bien. Los míos, ya no están... y el perdón, el de verdad, vino mucho más tarde. Sólo cuando entendí, que ellos fueron mucho más desgraciados que yo, por perderse justo eso que explicas en tu último párrafo.
Eres grande, Lola.
Un beso.
Uff Lola...yo no podría hacerlo, lo de volver a estar con aquella persona que me perjudicó tanto.
Mi suerte es que el ya no está, murió a los pocos años de dejarlo mi madre y sacarnos a todos de su lado.
Menos mal que mi madre tenia la cabeza bien puesta.
Por suerte yo no he salido a mi padre.
No es nada fácil olvidar los rencores.
Un besazo.
Tus hijos te agradecerán un día tu pasado, porque de él nació el inmenso amor que tienes por ellos.
Saludos
Las cosas que marcan nuestra infancia y adolescencia quedan ahí para siempre y nos marcan, pero es bueno perdonar, aunque solo sea para sentirse bien con un@ mism@ y seguir adelante.
BEsos
Querida Lola, eres una mujer muy fuerte que ha decidido salir adelante. No podemos elegir a los integrantes de nuestra familia, pero sí podemos elegir cuando crecemos qué podemos hacer con lo poco o mucho que nos dieron. Podemos seguir enredados en rencores o podemos elegir el perdón. Creo que el perdón incluye la comprensión y la compasión. Comprensión de que se trata de personas que son producto de sus historias personales, que nadie les habrá enseñado a ser padres y que siempre ham hecho lo consideraban mejor (con los pocos recursos que tal vez disponían). Y compasión justamente por los pocos recursos, por las limitaciones, por algunas ignorancias... cada uno se maneja en la vida como mejor puede. Si uno comprende eso de sus mayores, tal vez llegué el perdón. Pero me parece también que uno no debe sentirse culpable de no sentir algo que no siente. Los vínculos se construyen, pero desde el principio. Y si no pudieron construirse desde el principio, habrá un vínculo con agujeritos. La sociedad nos dice que tenemos que amar a nuestros padres porque nos dieron la vida. Pero me parece que todo depende del vínculo que se haya establecido.
Lola querida, coincido con el comentario de Romek, gracias a tu historia es que eres la maravillosa mujer que eres y el manantial de amor para tus hijos. Lo que la vida no te da por un lado te compensa por otro :)
Publicar un comentario