La casa que no fue mía

No fue amor a primera vista, al contario me desagradó, la vi fea, vieja, difícil de cambiar pero no imposible, tenía sus posibilidades. Me dejé llevar por la euforia tuya y me convenciste de que valía la pena, de que la cambiariamos, de que sería preciosa con simples retoques aquí y allá.
La empecé a cambiar, la limpié, la pinté, la mimé, le puse cariño, intenté hacerla mía, pero ella no se dejaba y se iba pudriendo por otro lado.
Dejó de interesarme, estaba claro que a mi no me gustaba ella y a ella no le gustaba yo, hizo lo imposible porque me fuera y lo consiguió.
Llegó un día en que era una lucha por intentar sentirme a gusto allí y el pulso lo ganó ella, no fuí capaz de soportarla.
No la echo de menos, no siento nada por ella, me queda la pena de haber malgastado tiempo y dinero intentando que fuera bonita, que fuera nuestra, que me agradeciera lo que le daba y le ponía.
Por fin la dejé y espero poder venderla sin perder mucho, aunque no tengo prisa...
Ella seguirá muriendo, porque aunque digas que la vas a arreglar se que no será así...Y al final, morirá porque no tiene más que dar, porque durante años lo dió y a nosotros no nos quiso dar nada.
Nunca nos gustamos y espero y deseo no tener que volver nunca.

Ahora he vuelto dónde ni se me pasó por la cabeza tener que volver, se que es otro tiempo, otras condiciones, otras circunstancias, pero no puedo...a veces me vienen esos flash del pasado.

Se que ahí voy a estar bien o es lo que deseo.

Así es la vida....